jueves, octubre 22, 2015

INCREMENTE EL AVALÚO DE UN PREDIO CON UNOS POCOS RETOQUES

Primera estrategia: si en este momento tiene o planea poner en venta una casa o apartamento y sus potenciales compradores no son allegados de absoluta confianza, lo mejor es que busque la intermediación de un corredor o agencia inmobiliaria acreditada.


Así no se expone a un fraude, un robo o, en el mejor de los casos, cerrar negocio después de mucho tiempo y por menos de lo que realmente vale su propiedad.

La práctica común de buscar referidos con el portero, un vecino o poniendo anuncios espontáneos en redes sociales es abrir la puerta para dilatar la compra, perder tiempo o que inescrupulosos lo puedan “tumbar” o que se embarque en líos jurídicos.

Por eso es mejor asumir una comisión legal, sobre el valor de la propiedad, de 3 por ciento (más IVA de 16 por ciento), lo que cobra un intermediario formal, pero conocedor del mercado. Y no solo buscará y verifica condiciones del comprador idóneo, sino que le acompañará en trámites antes, durante y
después de cerrar negocio.

“Un error en un apellido, en la nomenclatura, en el área de la propiedad o que no esté bien registrado el inmueble, falta de actualización catastral, así por el estilo son muchos detalles en los trámites que la gente puede desconocer y que el acompañamiento ayuda a resolver a tiempo y evitarse problemas posteriores”, advierte Ana María Álvarez, gerente de Ventas y Proyectos de la inmobiliaria Alberto Álvarez.

Segunda estrategia: muchos avisos de “se vende” espantan a los compradores, sean genéricos o de distintas inmobiliarias. La primera percepción del potencial cliente es que usted está desesperado por vender, que “debe ser un hueso” o que vale menos de lo que está pidiendo.

Para no empapelar la propiedad, La Lonja de Medellín y Antioquia implementó un sistema de lista múltiple (MLS, por sus siglas en inglés) en que la vivienda puesta en consignación en uno de 33 inmobiliarias, ingresa a un software para comercializarla conjuntamente con las otras 32.
Aunque la alta informalidad en las transacciones locales impide determinar cuánto es el tiempo promedio para la venta de una vivienda usada, canales como el MLS, los sitios web, redes sociales, revistas, clasificados que emplean las inmobiliarias han abreviado el proceso.

“Hace 10 años un inmueble atractivo y con buen prospecto a una persona natural lo podía vender entre dos y cinco meses, y a una agencia entre uno y cuatro, pero ahora con la efectividad y experiencia de los inmobiliarios puede ser cuestión hasta de dos días”, señala Federico Salazar, director de Mercadeo y Tecnología de El Dandy Inmobiliaria.

Tercera estrategia: el precio del inmueble no se pone a ojo ni a partir del valor por metro cuadrado de otro cercano que se vendió hace poco. Cada propiedad tiene sus particularidades. Lo más acertado es hacer un avalúo con un profesional inscrito en el Registro Nacional de Avaluadores (RNA), servicio que también lo ofrecen el corredor o la agencia intermediaria.

Y cuarta estrategia: que su propiedad, ofrezca la mejor cara al comprador. Unos cuantos retoques pueden significar varios millones más en la venta.

“Lo mínimo es una capa de pintura blanca, sin colorines. A un inmueble viejo lo rejuvenece una cocina o baño remodelados, igual que un piso, no es lo mismo una baldosa rústica que un porcelanato”, señala Lina María González, directora Comercial de La Lonja.

Cada quien tiene un concepto de limpieza, pero una casa o apartamento vacíos que no se asee periódicamente, huela mal o se haya convertido en bodega de chécheres deja mala impresión.


Igual pasa cuando está ocupado por el propietario o terceros: una cocina sucia, un baño sin higiene, una mala presentación del residente pueden dar al traste con un buen acuerdo y exponerse entrar a la temida categoría de las viviendas del cariño verdadero, como dice la canción: ni se compra ni se vende.

Tomado de eluniversal.com.co